Hace tiempo os hablábamos de D-Box, una gama de sillones interactivos que -conectados a un reproductor compatible- ofrecían movimientos y golpes acordes con la acción de la película que estábamos viendo. Pero el invento, al ser horriblemente caro quedaba al alcance de muy pocos.
Y ahí es donde llega ButtKicker, un aparatejo que se instala bajo nuestro sofá, y que -conectado de forma inalámbrica a nuestro receptor de audio- transmite «sacudidas» cuando detecta bajas frecuencias. El bicho cuesta «sólo» 400 euros y se puede adquirir a través de Amazon.